
Llevamos 25 minutos desde la hora de inicio de la clase y la profesora no aparece.
El bullicio de las charlas mientras esperamos a ver que pasa no me deja concentrar al escribir algunas notas.
Alguien pregunta si la clase está suspendida.
-Vicios de decadencia de la universidad pública.- dirían algunos mercantilistas de la educación.
Justo en ese momento,en un departamento del quinto piso con vista al parque, la docente le dice a su amante lo bien que lo ha pasado esa tarde.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario