jueves, 15 de noviembre de 2007

lunes, 5 de noviembre de 2007

¿CUANTOS CARAMELITOS TE DIERON HOY?

El auto se estacionó al lado de la casilla del peaje y el hombre le alcanzó a la cajera una bolsita con caramelos, mientras le decía: -Tomá, cobrate., ante la mirada perpleja de la empleada que dudaba entre preguntar qué estaba pasando o agarrar uno de menta.
Es que el automovilista, de profesión viajante y frecuente usuario de esa ruta, cansado de que cada vez que pagaba le den un caramelito de vuelto, decidió esta vez pagarle con su misma moneda.
La argumentación era válida: -Si te recibo tu caramelo como vuelto, porqué no aceptás los míos como forma de pago??
El desconcierto en el peaje fue tal, que la situación debió salvarse aceptando la concesionaria los caramelos, mientras el conductor repetía que al auto no lo movía hasta que no viniera un escribano y las cámaras de los medios.
La anécdota es real y la cuenta, a quien quiera oirlo, un viajante-corredor de harinas que frecuentemente recorre el trayecto Rosario- General Deheza, provincia de Córdoba.
Esto sirve como ejemplo, para poner en evidencia los múltiples y diarios inconvenientes que origina la escasez de monedas. ¿Cuántos caramelitos te dieron hoy de vuelto? ¿Alguien se acuerda de la Ley de Redondeo?
Esa, que obliga al vendedor a redondear para abajo, siempre a favor del cliente.
Y si a vos te faltan unos centavos para hacer tu compra, ¿te aceptarían unos caramelitos en el super de tu cuadra??
Sólo nos queda una última pregunta para hacer, ¿Quién tiene las monedas que nos faltan a todos???

EDUCACION PRACTICA


Las tres mujercitas fueron educadas desde pequeñas para convertirse en cazafortunas. Su madre les forjó el espíritu a fuerza de comida diet y el sagrado principio de no subir a un auto a menos que estuviera conducido por un millonario. La peluquería fue su segundo hogar, y los perfumes, el oro y los cosméticos, sus mejores armas.
La madre, verdadera heroína de esta historia, enviudó cuando las chicas eran aún muy pequeñas. Luego de enjugar la última lágrima por la muerte de su esposo miró a su alrededor y decidió que no se dejaría atrapar por la miseria. Vendió el automóvil de su marido y su casona de Alberdi, compró un diminuto departamento en Barrio Martin y depositó el poco dinero que le quedaba en unos bonos de un banco extranjero que le dá unos cuantos intereses cada seis meses.
Pero su resolución más importante fue apostar todo su futuro a las tres mujercitas. Con el cinturón ajustado, la pensión de su marido y los bonos, debía llegar a fin de mes, y hay que incluir las clases de gimnasia, la ropa, los perfumes, y otras cositas más.
Las chicas aprendían la lección. Tener un cabello espléndido fue su principal ocupación por años, y también aprender de marcas de autos más que cualquier muchachito.
Pasaron los años y la benjamina ya cumplió los dieciséis. Verán en qué emplearon su tiempo las mujercitas esta semana. La mayor se dejó ver en el Metropolitano, en ocasión de una fiesta de gala. Iba enfundada en un vestido de terciopelo negro que exhibía sus deliciosas delanteras. La acompañaba su novio, un futbolista de éxito que la llena de regalos y de viajes aunque no le puso ninguna propiedad a su nombre, prioridad número uno en su férrea educación.
La mediana no se deja ver en público, porque su amante, un empresario encumbrado, tiene fuertes intereses que proteger. La madre está satisfecha: la muchacha tiene a su nombre un departamento en Balcarce y Jujuy, un auto 2006 y joyas que podrían comprar un edificio entero. Es la más afortunada de la familia, y quien aporta al hogar
una generosa mensualidad.
El lunes pasado la más pequeña salió a cenar. La niña comió animosamente mientras el grueso anillo de platino y rubíes de su acompañante danzaba frente a sus ojos. También adornaba la mano del señor un anillo de casado, pero ese no lanzaba destellos.
Es cierto que ninguna de sus hijas se casó, pero la madre, que es una mujer eminentemente práctica y no cree en sentimentalismos, no piensa que sus viejos planes hayan fracasado. Simplemente se adaptó a los nuevos tiempos.
Hagan cuentas. Fue ella quien arregló la cita entre la más pequeña y el señor de los rubíes, un empresario de cincuenta y dos que conduce un Mercedes Benz.

BUSCANDO ALGO DIVERTIDO


Noche de martes y nos convoca la presentación del libro “Rosario Express” que recientemente ha escrito Juan Martini, un rosarino que actualmente vive en Buenos Aires.
En la sala del segundo piso del Bernardino Rivadavia hay unas treinta personas, muchos, amigos del escritor y la presencia del Negro Rafael Ielpi, el valioso Osvaldo Aguirre y la editora Gabriela Franco.
Muchas flores que van y vienen en los discursos que, lamentablemente, son leídos, haciendo perder espontaneidad y calidez al acto. El autor agradece recomendando, a su vez, libros de sus amigos, predecesores en la palabra. Porque en eso se convirtió la presentación, en una reunión de amigos, que utilizan códigos en sus comentarios y dejan al margen a los que fuimos a buscar algo de literatura. No hay lectura de ningún párrafo ni comentario de cómo o qué escribió Martini.
Nos vamos, y en el ascensor nos cruzamos con una señora mayor, maquillaje sesentoso, ropa anclada en el tiempo, que nos dice que viene al CCBR a buscar algo divertido. Por las dudas, evite el segundo piso, señora.

domingo, 14 de octubre de 2007

Rosario Blog Day


Bueno, tenia que darse cualquier día de estos. Se viene el primer encuentro de blogeros? gente de los blogs?, en fin, los que dedicamos un poco de tiempo a decir algo por acá.
La fecha es el 9 de noviembre, en el CEC.
Hasta ahora el temario me pareció muy técnico, mientras que en los blogs la cuestión pasa por otro lado.
Prefiero debatir sobre si el blog existe per se, o si es necesario que alguien dé con él en el universo virtual, para que tenga razón de ser.
Igual vamos a estar y algún aporte haremos.

HOJA DE RUTA


La mañana era soleada pero fresca. Julio le había parecido un buen mes para ponerse en movimiento. Hacía rato que tenía todo listo y estaba buscando una excusa para dar el puntapié inicial. Las vacaciones deinvierno le parecieron un buen motivo.
El vagón se iba llenando de a poco con viejas gordas, racimos de chicos y montañas de bolsos. Levantó el vidrio y se asomó por la ventanilla, aspiró profundamente y el aire frío ayudó a despabilarlo.
Allí estaba él, sentado en esos asientos marrones que el boleto se encargaba de denominar Clase Turista. -Pobres turistas, pensó, y meditó acerca de la imagen que podían llevarse de su país aquellos extrtanjeros que se aventurasen a viajar en esos vagones por más de dos días.
El tren lo llevaría hasta Salta, y de allí tomaría otro cuyo destino era Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Después de alli, lo que salga. El raid no tenía límite de tiempo, ni de horarios, ni de nada. Y eso era lo único que respetaría.

BANDERA DE MI PATRIA


-¿Cómo la va a sacar de ahí, sino se puede ni asomar la nariz? - preguntó el sueco.
-No sé, pero no podemos dejar la bandera tirada así.
-Me asombra su patriotismo.
-Más que patriotismo es amor a los colores que me pertenecen.
-Me gustaría conocer su país.
-Le va a gustar, estoy seguro.
-¿Es cierto que los argentinos son demasiado egocéntricos?
-¿Quién le dijo eso?
-Lo leí por ahí.
-Deje de hablar pavadas y páseme ese palo que está al lado suyo.

Nunca alcanzó a usarlo. Una explosión hizo volar una pila de cajas que estaba cerca. Una lluvia de maderas y metal terminó por sepultarlos aambos.
Se despertó con la cabeza sucia y a punto de estallarle de dolor. Le pareció que estaba entero y se levantó insultando en castellano.
Corrió unas tablas y se encontró con el sueco que sangraba por la nuca. Se arrimó un poco y notó que aún respiraba.
Pensó que era una buena oportunidad para perderlo por un tiempo. Ya no soportaba más su inmunda costumbre de soplarse la nariz con las manos, y la sospecha de que fuese un agente infiltrado no le permitía actuar con naturalidad.
Levantó el bolso,juntó todo lo que más pudo y comenzó a correr sin darse vuelta. A medida que iba alejándose se reprochaba no haber recojido la bandera, que ahora quedaba como trofeo para los otros.
Los pibes dela peña Argentina 86 no le habían perdonado queles haya descolgado el trapo del quincho, el día del asado dedespedida.
¿Cómo iba a hacer para decirles ahora que la había perdido por cagón?

sábado, 6 de octubre de 2007

miércoles, 19 de septiembre de 2007

No quiero enterarme de vidas ajenas

No uso celular. Eso, mis amigos lo saben. Algunos me piden que me amigue con la tecnología. Yo les digo que no quiero andar por la calle relatando mi vida a desconocidos que circunstancialmente cruzo.
Hoy, y aseguro que sin querer prestar atención y haciendo fuerza para no escuchar!, me enteré de que el tipo de al lado quería alquilar un departamento y que le faltaba plata para la entrega. Que la mina que estaba sentada al lado mio, estudió publicidad y sabe lo que la gente quiere(ah bueno, el año que viene empiezo la carrera!!!). Que la madre le recriminaba a la hija que no comía la comida que le dejaba al mediodía para cuando llega de la escuela.
Yo, apretando los dientes y conteniéndome las ganas de decirle, No me importa tu vida, querida!!, porqué me tenés que hacer partícipe de tus problemas?? No podés correrte de al lado mío y hablar en privado?
¿Porqué esa necesidad de que el otro sepa donde estás a cada momento del día? Porque parece que es necesario aclarar donde está el que recibe la llamada, apenas contesta.
Y el que llama, le cree? No podría decirle que está esperando turno en lo del médico, mientras está curtiendo con la vecina del 4to A???
En fin, dejame como estoy, que vivo tranquilo y no ando ventilando mis miserias a plena luz del día.
Eso sí, si te llega sonar el celular justo cuando estás leyendo estas líneas...le podés decir que estás conmigo??

JULIO LOPEZ



Un año. Un año y ya casi que nos acostumbramos a su ausencia. Cuántas vidas más han de perderse en la nada?
Duele que no esté. Duele que no aparezca. Pero más me duele saber que cada día que pasa más gente se olvida de Julio.

Esta semana hice una miniencuesta entre gente conocida. Una sola pregunta: Sabés quién es Julio López?
Multiples y asombrosas respuestas:

- Alguien que acusaron de asesinato.
- Ni idea.
- No trabaja en Canal 3???

Un año. Y el olvido vá ganando otra batalla.

miércoles, 29 de agosto de 2007

FIGURITAS DE COLECCIÓN



El Dr Lecter, un amigo de la infancia, nos manda una de las figus más nuevas de su álbum. Te doy tres de estas por una del Che!!

UN ROSARINO QUE PUTEA


Patricio Pron, que vive en Alemania, publicó recientemente Una puta mierda, en la editorial El cuenco de plata, 287 páginas, $28.

ADN, la revista cultural del diario La Nación le hizo la siguiente microcrítica:

TEMA
Un jóven de nacionalidad difusa comienza su historia en medio de un caótico bombardeo enemigo.El lugar se parece a las Islas Malvinas, aunque en clave de delirio desmadre. La sorpresiva suspensión de una bomba en caída sobre la cabeza del narrador y de sus compañeros soldados, una narración en que los ataques, heridas y muertes de la guerra cobran vida siempre fuera del realismo.

OPINIÓN
Una puta mierda arma una delirante historia con el sustrato de las precarias bravuconadas nacionalistas y otros discursos afirmativos sobre la guerra de Malvinas. Su ritmo imparable y su predilección por lo excesivo generan, a veces, cierta saturación en la lectura, pero el relato sostiene eficazmente su apuesta estética y alcanza con ello una representación novedosa de ese momento histórico. Soledad Quereilhac

martes, 21 de agosto de 2007

RECUPERÉ EL BLOG!!!!!!!!

Después de creer que había perdido a Rosario me mata, luego de unas cuantas boludeces informáticas que me mandé, apareció el mail salvador que me devuelve el acceso a mi humilde blog!!

Cuando ya daba por perdido el copyright, viene bien una reformulación.
Aparte de los microrelatos, relatos y cuasi-relatos que pueda postear, a partir de hoy agregaré algo acerca de lo que pasa en nuestra bendita Cuna de la Bandera en materia de arte y literatura.

No hay mal que por bien no venga- diría mi abuela.

lunes, 20 de agosto de 2007

VOCACION


Llevamos 25 minutos desde la hora de inicio de la clase y la profesora no aparece.
El bullicio de las charlas mientras esperamos a ver que pasa no me deja concentrar al escribir algunas notas.
Alguien pregunta si la clase está suspendida.
-Vicios de decadencia de la universidad pública.- dirían algunos mercantilistas de la educación.

Justo en ese momento,en un departamento del quinto piso con vista al parque, la docente le dice a su amante lo bien que lo ha pasado esa tarde.

lunes, 30 de julio de 2007

CONFLICTO LABORAL


-¡Compañeros!, es la última oportunidad para aquel que quiera irse a su casa. Pero tengan en cuenta que la toma de la fábrica es la única cosa que nos queda para poder negociar con la patronal con dignidad. Y sepan, que la dignidad es lo que distingue a un hombre de un cobarde.
¿Quién se quiere ir???- preguntó Roberto, el delegado de matricería que ejercía el poder de la palabra como nunca antes había escuchado.
Intenté levantar la mano, pero no me animé.
Alcancé a mirar de reojo al portón de entrada justo cuando el camión estacionaba en medio de la calle.
Una doble fila de guardias de infantería se desplegó en la vereda.
Demasiado lento hasta para demostrar mi cobardía.
Cerré los puños de miedo, y simulé seguir escuchando a la asamblea.

ROBIN HOOD


-¿Y usted tiene estos remedios para dármelos, doctor? - preguntó el viejito, en una mezcla de incertidumbre y ruego en la misma oración.
El médico de la salita iba a decirle que no, pero dudó un istante y pareció tomar coraje.
-Espéreme acá diez minutos, don Severio.- contestó.
Subió a la bicicleta, pedaleó las 20 cuadras que lo separaban de la avenida y tras pedir el medicamento en la sucursal de la cadena de farmacias, salió corriendo sin pagar.
El dispensario seguía lleno cuando don Severio se fué a casa con los oncológicos en la mano.
Esa noche, el doctor volvió a ver, una vez más, la película con el personaje que más le gusta.

IMPREVISTOS II

Entró corriendo, agitado.
La cena, que estaba servida en la mesa aún humeaba.
Guardó el papel con la dirección en un bolsillo y se tiró sobre la única silla que quedaba en pié.
El desorden y los muebles rotos llenaban el lugar.
La patota, implacable, asesina, le había arrebatado otro compañero.

domingo, 29 de julio de 2007

CINÉFILO


Amante del cine, intentaba arrebatarle escenas a la pantalla para llevarlas a su vida.
Vida común y silvestre, por otra parte, que sólo le permitía copiar películas clase B, como cuando en las noches de luna llena salía a correr alrededor de la plaza, aullando cada vez que pasaba frente a la iglesia.
La última puesta en escena le deparó un final propio de un film de culto.
Hace una semana que intenta explicarle a la policía que la media que llevaba en la cabeza al entrar al banco del pueblo, corresponde al género del cine bizarro.

martes, 3 de julio de 2007

EL DIA QUE EL CHE SE HIZO DE CENTRAL


El Che antes de ser el Che que todo el mundo conoce fue un típico muchacho argentino que vivía entre nosotros.
Sus ansias de aventura y de devorar kilómetros lo trajeron a Rosario en el caluroso verano de 1950 a bordo de una bicicleta a la que le había acoplado un motorcito que lo ayudaba a viajar más rápido.
El plan de Guevara era recorrer media Argentina con su bicicleta. Lo que no había tenido en cuenta era que la alta temperatura le jugaría en contra.
Así llega a la ciudad a puro pedaleo con un calor que en medio de la ruta rondaría los 45º, y el motor casi fundido.

Mi abuelo vivía en la zona oeste desde hacía 40 años, fue de los primeros que se estableció al final de calle Córdoba, a pocos metros de cuando se convierte en la ruta 9. Era mecánico y después de muchos intentos había podido montar su taller al frente de su casa. El cartel de la calle decía Taller Mecánico y lo había pintado mi papá que por aquella época tenía 20 años.
Los perros ladraron fuerte, avisando la llegada de un extraño.
-¿Estaría el mecánico, señor? – preguntó el jóven Ernesto.
- Hoy es domingo, pibe, no trabajo – contestó mi abuelo.
- No soy de acá. Vengo de Buenos Aires y voy para Córdoba. Creo que se me fundió el motor.
-¿Qué auto tenés?
- No tengo auto. Estoy en bici.
-¿Cómo en bici? ¿Y dónde está el motor? – preguntó don Patricio, que a esa altura no lograba comprender en que viajaba el muchacho.
- Es una bici a la que le agregué un motorcito que compré aparte.
Mi abuelo, que era un amante de los fierros, pero más de los injertos, (recuerdo un Gordini al que le había cortado el techo y lo había convertido en descapotable), salió a la vereda para ver el invento y se dejó cautivar por el viajero.
Era casi el mediodía y faltaba poco para los fideos domingueros.
- ¿Comiste algo, pibe?
- Nada desde que desayuné en Pergamino.
Así fue como Ernesto Guevara almorzó en la casa de los Peralta un domingo de enero de 1950.

Mi viejo, conspicuo tanguero como todos los de su barra, se levantó tarde ese mediodía y llegó a sentarse a la mesa cuando todos ya estaban comiendo.
Notó la presencia del extraño pero no preguntó nada. Se limitó a escuchar el diálogo entre mi abuelo y el muchacho, el que le resultó bastante piola.
Las anécdotas del viajero eran graciosas y estaban matizadas de caminos, sierras cordobesas y partidos de rugby.
- ¿Jugás al fútbol? – preguntó mi papá.
- No es mi fuerte.
- Si querés, podes venir esta tarde a jugar con mis amigos. Nos falta uno.
Ernesto quizo explicar que estaba de paso y que no quería perder mucho tiempo, pero el mecánico lo convenció de que hasta el otro día no tendría los repuestos que necesitaba.
- Hoy está todo cerrado. – le dijo don Patricio – Andá a jugar que te va a gustar.
Ese día jugaban dos barras rivales de años. Los de mi viejo, de la zona oeste, hijos de obreros y todos canallas. Los otros, cafishitos y de la zona del Parque Independencia, todos leprosos.
Guevara entró a la cancha y antes de que comienze el partido le dijo a mi viejo:
- Yo soy rosarino, pero no soy de ningún equipo de acá.
- ¡ Tenés que hacerte de uno! ¿Qué clase de rosarino sos?
El partido empezó y los leprosos hicieron un gol de arranque. Los habían tomado de sorpresa justo cuando el arquero se acomodaba la gorrita que lo cubría del sol que venía de frente.
A los 20 minutos los canallas perdían dos a cero y el Che no la veía ni cuadrada. Acostumbrado al rugby, no sabía ni donde tenía que pararse en la cancha.
En el entretiempo mi viejo sacó la arenga desde el corazón: -¡No nos quedemos!
¡Todos arriba y pelotazos desde el fondo! ¡Hay que jugársela el todo por el todo!!
El equipo entró al segundo tiempo convertido en once leones. Cinco minutos y llega el descuento.
Mi papá, un dos de los de antes, metía presión desde atrás y cortaba todo avance leproso. El partido se ponía cada vez más áspero y las faltas cada vez más duras.
Otra llegada canalla y penal para los auriazules. El empate motivaba a la victoria.
- ¡Todos arribaaa!!!
- ¡Pibe, metete en el áreaaaa!!!, - le gritaron a Guevara.
El Che salió disparando para adelante sin saber que hacer cuando pisó la zona rival. Miró al arquero, buscó a los defensores contrarios, y en el preciso instante en que se daba vuelta para ver por donde andaba la cosa, el pelotazo le pega en el ojo derecho, tomando un efecto de imprecisa comba que termina colándose entre el arquero y el palo. Tres a dos.
Dura vuelta a casa de los cafishitos tras la humillación que le brindó el equipo canalla.

El Che nunca más jugó de delantero. Una vez leí en un libro que en otro viaje por Perú había atajado durante un campeonato local, y que decía que era hincha de Rosario Central.
Hasta el día de hoy mi viejo sigue contando esta historia, convencido de que ese fue el día en que el Che se hizo canalla.
No era buen jugador, pero se esmeraba, y un ojo negro que lo acompañó durante varios kilómetros le daría la identidad futbolera rosarina que ni él mismo conocía.

lunes, 25 de junio de 2007

VIAJAR EN COLECTIVO POR LA MAÑANA


Manual Instructivo
Sin dudas una de las tareas más tediosa de nuestro día es levantarse temprano a la mañana para ir a trabajar, ir al colegio o a la facultad, y si además, para llegar a destino hay que trasladarse en los abultados y desastrosos colectivos, es diez veces peor. Por eso, aquí, les acerco las claves para que hagan de su viaje una verdadera aventura.

1º paso: Subir al vehículo
Aquí es cuando comienza la rutina, pero no me refiero al acto que emprendemos cotidianamente, sino a una rutina, pero de ejercicios. Imagínense que los escalones son tablas de step y cuenten: 1,2,3 y así sucesivamente. Eso si, procuren estar atentos, no vaya a ser que le erren a uno.

2º paso: Insertar la tarjeta magnética
Si esta tarea les resulta un tanto complicada, no se acuerden de toda la familia del intendente, sería malgastar su tiempo. Tómenlo a modo de juego, estilo el sapo,¡ se pueden armar grandes torneos!.
Recuerden que hace ya un tiempo, que se puede optar por monedas, opción que sugiero, porque las máquinas funcionan tan mal que cobran de menos y se ahorran unos centavos.

3º paso: En la dulce espera, como conseguir un asiento (embarazadas y ancianos, abstenerse)
Aquí volvemos a implementar la gimnasia. Se agarran de los pasamanos, se aferran bien fuerte y comienzan con unos cuantos ejercicios de brazos (el vaivén del colectivo es un factor favorable para esta actividad.
Si por el contrario, no ven la hora de sentarse, ya sea porque compraron zapatos nuevos o viene cargados de cosas, deberán optar por la lucha del todos contra todos por ese asiento, los mas codiciados son los que viene por unidad.

4º paso: Una vez sentado
Mirar por la ventanilla: te podes actualizar acerca de las cosas que se van modificando en la ciudad .
Estar al tanto de la moda: ya que cuando sube alguien, todos mira al nuevo miembro del rodado.
Informarte: nunca faltan los chismosos del asiento de atrás.

5º paso: el camino al calvario.
Lo complicado, ciertamente, es acceder a la parte trasera del colectivo para descender. En esta instancia se debe poner toda la concentración y visualizar el panorama con mucha calma (si toman clase de yoga, mejor).
Continuando con el tono gimnástico, esta es una verdadera carrera de obstáculos, ¡si!. Van a tener que esquivar una jungla de pies, mochilas, carteras, carpetas de dibujo y demás objetos molestos. El damnificado deberá asumir el rol de Tarzán porque va a tener que colgarse de donde pueda. Esto sin contar que en el punto medio del colectivo es donde se condensan una gran variedad de olores que van desde el aliento matinal, hasta la señora que se baño en perfume de esencia de zorrillo. ¡ Ni hablar si es verano!

6º y último paso: El descenso
Al llegar a las puertas del paraíso pueden encontrarse con diversas situaciones:
 Que este el semáforo en rojo
 El señor que se baja 10 cuadras después e impide el paso
Pero el verdadero protagonista es el timbre. Hay toda una cultura sobre el: la tipología, su sensibilidad, sus melodías.

Solo falta un simple ring para que el viaje haya concluido.
Espero que hagan de su viaje un verdadera aventura, total tienen dos opciones : terminan con un ataque de histeria o se divierten y además terminan con un cuerpo bárbaro.

¡Mucha Suerte!

Escrito por Georgina Paladino

lunes, 21 de mayo de 2007

BOOM SOJERO

A veces, cuando compro el diario, pispeo de reojo el suplemento agropecuario que suelen traer algunos. No entiendo demasiado de granos y vacas pero los titulares te hablan de récords de cosechas y rindes inmejorables.
Hace poco viajé a la provincia de Córdoba a reencontrarme con unos amigos y pude comprobar el famoso boom sojero en la región, y sus consecuencias, que pueden ser terribles para algunos.
Si pasan por un pueblo cercano a Río Tercero, llamado Tancacha, podrán ver unos extraños arcos de caño ubicados en las esquinas. Los lugareños me dijeron que es para que no entren camiones cargados al interior de la localidad , ya que esos caños les impiden pasar por la altura. La verdad que no me convencieron y salí por las calles con ganas de investigar. Después de caminar unas pocas cuadras me encontré con el Bar Santa. Entré y me senté con dos parroquianos al lado de la ventana. Fueron necesarios sólo dos tintos para averiguar que la verdadera razón de la existencia de esos arcos era otra.
Es que el ánimo de lucro ha llevado a que siembren todo terreno libre disponible con soja, incluso las canchitas de fútbol y los potreros!!!
La protesta del sector infantil de la población fué creciendo, y de estar enojados en una esquina pasaron a numerosas manifestaciones de niños con sus pelotas dispuestos a romper vidrios y ventanas de la Intendencia.
Se armó un comité de crisis donde estuvieron el intendente, el cura párroco y el jefe de los boys scout que andaba más que preocupado tras perder la voz de mando.
La negociación llevó unas cuantas tardes sin leche y los más pequeños impusieron la colocación de estos arcos en cada esquina, transformando al pueblo en una canchita, en cada cuadra.
Me hicieron saber que ahora se estarían por designar a varias cuadras como peatonales, para no tener que estar parando los partidos cada vez que pasa un auto.
No vaya a ser que vuelvan las protestas en medio de la campaña electoral.

lunes, 2 de abril de 2007

EN EL 145

La vuelta a casa desde el laburo se puede volver muy aburrida si tomás el mismo colectivo, en la misma esquina, a la misma hora, todos los días.
Yo venía ocupando un asiento en la fila de a dos. Un poco cansado por el trabajo, otro porque no había dormido bien.
Las noches se estaban poniendo muy calurosas y me costaba descansar tranquilo.
Creo que me había dormitado cuando escuché la voz del anciano . Se había levantado y le preguntaba al chofer si la calle Maipú estaba cerca. Lo miré y me llamó la atención que no estaba agarrado de ningún lado. -En cualquier momento se pega un golpe,- pensé.
Cerré los ojos para intentar dormirme otro ratito. Faltaban como 15 minutos para llegar a casa.
La frenada me sobresaltó y el cabeceo que pegué terminó por despertarme.
El viejito salió disparado hacia adelante y golpeó la cabeza con la máquina de las monedas. Trastabilló dos o tres segundos hasta que cayó sentado.
No estaba mal, sólo aturdido.
Atrás mío escuche a dos pibas riéndose bajito y cuchicheando algo que no entendí.
Me dí vuelta como para decirles algo y ahí me di cuenta del motivo de sus risas.
Una dentadura postiza nos miraba, desafiante a que la levantaran, desde el medio del pasillo.

miércoles, 28 de marzo de 2007

JAMES DEAN, el mártir sin causa


El 30 de setiembre de 2005 se cumplieron 50 años de la muerte de James Dean, un actor que supo erigir a lo largo de su corta vida, lo que podríamos definir como el arquetipo de muchacho rebelde enfrentado a los esquemas de la sociedad en que le tocó vivir.
Enclavada en plena década del ’50, su imagen de rebeldía adolescente llegó acompañada de otro gran movimiento revolucionario de la época, el rock and roll. Así, asociada a música, autos y chicas, esta imagen se convirtió rápidamente en objeto de culto para miles de jóvenes americanos que veían en él, al abanderado de la lucha contra el “american way of live” de posguerra.
La disconformidad había ganado su terreno, y la búsqueda de nuevas sensaciones que sean afines a los sentimientos de rebeldía, provocó que, tanto los nuevos sonidos –manifestados en el rock-, como así también actores catalogados “juveniles” como Dean, ocuparan el lugar que habían dejado vacío los viejos conceptos.Repasando su filmografía, -escasa, por cierto-, observamos que, paradójicamente, sus personajes nunca pasan de una rebeldía personalizada, pobre en ideologías, y sin metas sociales que lleguen a guiar a sus compañeros de generación. Dean encarna así, a personajes que teniendo un gran potencial de lucha y de cambio de esquemas conservadores, terminan contentándose con haber armado un par de buenos líos, y dejar las cosas más o menos como estaban.
En “Al este del Edén” (filmada en 1954), comienza peléandose con medio pueblo buscando a su madre, manda a su hermano a una muerte casi segura en la guerra, pero es redimido en las secuencias finales cuando queda en su hogar, cuidando a su padre, víctima de un infarto que él mismo le ha provocado.
En “Rebelde sin causa” (1955), -su película más famosa y que lo elevó a su breve estrellato-, lo vemos con el liderazgo ahí, al alcance de la mano. Con su rival de pandilla muerto en la famosa escena de la carrera de autos en el barranco, y contando ya con dos seguidores (interpretados por Natalie Wood y Sal Mineo, ambos nominados al Oscar), - tan rebeldes como él-, decide retirarse cuando la cosa se pone espesa, regresando a su casa, y casi sin inmutarse, después que la policía ha matado a uno de sus compinches. Después del sofocón, todo volvía a la normalidad.
En su último film, “Gigante” (1955), -estrenado después de su muerte-, Dean interpreta a un muchacho pobre que ha sido criado en el seno de una poderosa familia de Texas. Su odio hacia todos es obvio y evidente hasta que la casualidad le permite descubrir petróleo en la pequeña franja de tierra que ha heredado. Su poderío económico lo llevará a encarnar –y a sobrepasar aún más- todo lo que ha despreciado en los primeros minutos de rodaje.
Con estos nada favorables antecedentes de antología, es lógico que lleguemos a preguntarnos, no sin un poco de confusión, ¿Qué es lo que perdura aún de este actor? ¿Qué es lo que ha llevado a que su figura alcance toques de misticismo, llegando hasta nuestros días?
Escuchemos a quienes lo conocieron.Nicholas Ray, -su director en Rebelde...-, solía decir: “...James era una persona fresca, sincera, la pantalla lo reflejaba tal como era. Recuerdo que cuando culminó el rodaje no sabíamos qué hacer. Nos habíamos acostumbrado tanto el uno al otro, que el último día nos despedimos, él subió a su moto, yo a mi auto, y al llegar al primer semáforo decidimos ir a un restaurant abierto toda la noche y desayunamos. No podíamos admitir que todo había acabado.”
“Dean fue un gran amigo. Él me ayudó a que redefina mi postura actoral. Yo había dejado de ser la niña prodigio de la compañía, y al alcanzar la adolescencia no encajaba en ningún film. Junto a él pude tomar otra actitud” (Natalie Wood).
Si los recuerdos de Hollywood nos lo presentan como un buen tipo, los recuerdos colectivos hacen hincapié en su esfuerzo por saltarse de los límites opresivos de su generación anterior. Si lo pudo lograr o no, es un misterio que la historia se empecina en no revelarnos.
Ni en sus películas, -como hemos analizado-, ni en su vida real, ya que los encantos hollywoodenses de flashes y fama fueron muy tentadores para él.
Aún así, la memoria colectiva le ha reservado un lugar preciado junto a personajes tan disímiles como Gandhi o el Che, en que lo único que los emparenta es haber sido consecuentes con lo que predicaban, y no haber caído en la traición de sus propios principios.
¿Habría llegado tan lejos James Dean? ¿Hubiese seguido su lucha en contra de los sagrados valores de su sociedad hasta el final?Nunca lo sabremos.
Su prematura muerte a los 24 años de edad, en un accidente automovilístico propio de cualquiera de sus films, nos restó la posibilidad de ser observadores de la evolución de su persona.Pero es esa misma muerte la que nos permite mantener su imagen intacta, la de aquél joven que luchaba ante todo y ante todos, tratando de ganar su propio espacio, que supo trascender, y que llegó a convertirse –sin siquiera darse cuenta- en el mártir de sus sucesivas generaciones.
Un mártir sin causa.

lunes, 19 de marzo de 2007

SIETE MENOS DIEZ (cuento)


Sentado en una de las mesas del coche comedor, intento acomodarme mejor, como quien se dispone a esperar un rato. El tren, presumo, es el que llaman Rayo de Sol, proveniente de Retiro, Rosario e intermedias (así lo anuncian los altoparlantes) , recién llegadito a Córdoba.
-Tomá! Es un helado, -me dice Simón mientras me alcanza una bolsita por la ventanilla- lo dejaron por la mitad.
Abro la tapita de telgopor y se corporiza una cucharita plástica en mi mano derecha mientras miro que el helado comenzó a derretirse. Parece de vainilla.
Una puerta del vagón se abre y aparecen sorpresiva, intempestuosamente, dos hombres y una mujer.
La puerta se golpea y es inevitable levantar la cabeza. Los miro con desconfianza. No me gustan.
Se detienen junto a mí y atino a meter la cámara de fotos entre mis piernas. Guardo los cien pesos que tenía sobre la mesa en el bolsillo derecho del pantalón.La cámara es prestada; bueno, en realidad es de mi mujer, pero he aprendido a cuidar sus cosas como si no formaran parte de la sociedad conyugal y a devolvérselas tal como me las presta.
La morocha, de unos treinta y pico, pelo a los hombros y no demasiado fea, se sienta sobre mi mesa dándome la espalda y simula ignorarme. Los hombres están parados alrededor de ella como si charlaran despreocupados. Nadie dice nada pero la tensión va en aumento y se nota.
Miro por la ventana y la estación, esa, que rebalsaba de pasajeros hace sólo unos minutos, aparece desolada, abandonada, árida, justo cuando más estoy necesitando de cualquiera que pase por acá.
Decido moverme y huir.
Son tres, y yo uno.

Los hombres se ven rudos y ásperos, y yo nunca me he peleado con nadie.

Ellos son ellos y yo soy yo. Puro instinto de supervivencia.
Decido moverme, pero nunca llego a hacerlo.
De un salto, el más jóven de los dos queda parado junto a mí. No he podido despegarme de la silla cuando me está presionando en la cara, al lado de la nariz, con un objeto acerado.
-Largá todo!!, -me grita, y siento como una mano, (no sabría decir de quién) me saca la cámara que habia intentado que pasara desapercibida a la vista.
Me traspasa una descarga eléctrica que me hace doler el rostro y estremecer todo el cuerpo.
Meto la mano en el bolsillo y tiro el billete sobre la mesa, mientras me avergüenzo por ese acto cobarde de entregar todo sin luchar.
-Largá todo, te dije, boludo!!, -me grita de nuevo, mientras me picanea la cara por segunda vez.
Pero ahora, tratando de esquivar la descarga, veo de reojo que lo que yo creía que era una picana parece una llave de auto, de esas que tienen el plástico negro y el botón para la alarma en un lado.
-¿Cómo que me picanea con una llave???, -alcanzo a pensar en medio del dolor.
El descontrol de la situación no me deja razonar con claridad.

Algo no encaja en la escena.

Causa y efecto no tienen relación.
-¡Una llave no puede dar corriente!!!, -les grito tan fuerte como puedo.



Me desperté a las siete menos diez, faltaba ese ratito para la hora de siempre.
El sobresalto debe haber sido importante porqué escuché a mi mujer que preguntaba qué estaba pasando desde su almohada.
-Nada, -mentí ocultando mi miedo que empezaba a disiparse- me voy a trabajar.
Llovía, y el cielo estaba muy oscuro, como si la noche todavía continuara. Miré el reloj para confirmar si era hora de levantarme.
Llovía, y como me pasa cada vez que llueve, recordé que todavía no había comprado un paraguas.

domingo, 25 de febrero de 2007

EL SUDOR DE LA FRENTE (cuentito breve y conciso)

Las gotitas caían por la cara sin detenerse en las cejas. La tarde del domingo fué de las más calurosas de ese verano.
Había estado leyendo el diario toda la siesta, tirado en el suelo, para aprovechar la frescura del piso.
Los movimientos en la casa eran escasos, aplastados por la temperatura de esa hora.
Repasó los proyectos postergados durante el año anterior y se dijo que en este los concretaría.
-Mañana, lunes, empiezo a moverme, se dijo.
No volvería a dejar en suspenso el tema de la empresa, ni de la búsqueda de la gente necesaria para encarar su idea de cambiar la vida de esa gente que lo necesitaba, o que él creía que lo necesitaba.
Acción, esa es la palabra clave! , se incentivó a si mismo.
Dió vuelta la página y apareció la sección de espectáculos.
-A ver que película están dando?? pensó, y fué lo último antes de quedar dormido.

jueves, 22 de febrero de 2007

Buscando la memoria de Barrio Belgrano


Empecé una investigación acerca de los hechos que ocurrieron durante la dictadura militar en el Barrio Belgrano de nuestra queridisima ciudad de Rosario.

A partir de encontrar en el listado de las víctimas del terrorismo de estado, que aparece en la última parte del Nunca Más, descubrí que había ocurrido un enfrentamiento entre Montoneros y militares a 5 cuadras de mi casa en 1977.

¿Quienes eran los jóvenes militantes que murieron ahí?¿Estudiaban, eran del barrio?¿Qué ideales defendían?

Esos y otros interrogantes me llevaron a iniciar una búsqueda para saber qué pasaba alrededor de mi casa, mientras yo disfrutaba de mi niñez e iba a la escuela 91, República Fed. del Brasil.

Así me voy enterando que una bomba puesta en un baño del Club Nueva Era mató a una chica de 15 años que justo pasaba por la vereda.

Que los militares le tienden una trampa a Mario Urquizo en Colombia y Córdoba, que se dá a la fuga a la carrera y muere acribillado en Córdoba y Perú.

Y que en Perú 1450 había una imprenta clandestina.

A 30 años de todo aquello quedan muchas más historias por descubrir.

Seguiré buscando para poder dar con la verdad histórica, esa misma, que nos hiere y nos condiciona, para poder seguir construyendo, aunque sea una parte, de la historia del Barrio Belgrano

martes, 13 de febrero de 2007

Si no tenés un mail, no existís!!

Mi experiencia en Internet comenzó haciéndome un correo electrónico, el cual uso para trabajar, comunicarme con amigos, contestar encuestas, cadenas, tonterías, cursos y mucho más.
Recuerdo que cuando comencé con esto en mi trabajo me miraban como raro, como de qué me la creía, y a qué iba a un ciber a perder tiempo, y a chatear, mientras ellos iban al bingo.
La verdad es que ellos se crearon un vicio y se enfermaron con el bingo.
Y yo comencé a investigar, cosa que me encanta y sigo haciendo en Internet.
He dejado bastante de chatear, casi no lo hago. Para mí, si no tenés un mail no existís en este mundo loco. ç
Mis compañeros de trabajo obviamente entraron en Internet, hubo quien consiguió pareja, que le dejó un mal trago después.
Otra tiene un gran vicio en el chat.
Y uno que es gay se hace pasar por mujer y es increíble lo que le escriben…
Otra hasta consiguió ponerle cuernos a su marido!!!
Y yo sigo igual, lo he adquirido como una herramienta de trabajo y parte de mi vida, que me ayuda a vincularme con el resto de las personas y a entretenerme.

Sandra

viernes, 2 de febrero de 2007

no tenés alternativa


"EL QUE NO TIENE IDEALES, ES UN CADAVER VIVIENTE!"

Padre Carlos Mugica

Asesinado por mercenarios por ayudar a los pobres el 11 de mayo de 1974.

miércoles, 31 de enero de 2007

Cronopios en las 4 plazas

El tráfico es intenso por calle Mendoza a esa hora del día. Yo llevaba caminadas unas cuantas calles desde la Circunvalación, y al llegar a las Cuatro Plazas el verde me inundó las retinas.
La fuente, esa que está frente a la iglesia, lanzaba su chorro con furia tratando de llegar a las nubes que pasaban de largo.
Los árboles, frondosos a esta altura del año, calmaban con su sombra la calurosa impronta de un sol que se empecinaba en hacerse sentir.
Cuando estaba por cruzar la avenida y mientras giraba la cabeza tratando de adivinar la trayectoria del próximo auto, los ví. Dos hombres jóvenes durmiendo bajo un grandísimo fresno plantado por un viejo y visionario párroco barrial.
¿Quienes serían estos tipos, tirados ahí, despreocupados de todo lo que se movía a su alrededor?
¿Serían trabajadores que descansaban de una extenuante, pero breve, jornada de trabajo?
O serían, tal vez, dos parroquianos que sucumbieron al sopor alcohólico adquirido en algún bar cercano?
Mis prejuicios iban ganando mis pensamientos mientras cruzaba la calle y los miraba de lejos.
La envidia también asomó por mi mente, pensando en la placidez de esos individuos en medio de la vorágine de la ciudad en una mañana cualquiera.
Seguí caminando mientras las incógnitas y sentimientos se agolparon de pronto, esfumándose cuando el paisaje de otra cuadra se presentaba frente a mi.

martes, 9 de enero de 2007

IMPREVISTOS (cuento brevísimo)

Entró corriendo, agitado.
La cena, que estaba servida en la mesa, aún humeaba.

viernes, 5 de enero de 2007

DIAS DE ENERO


Enero en Rosario.

Eso sí que no es joda.

Claro, que si no tenés que laburar te podés ir al río o a las islas y está todo bien. Podes disfrutar de las mujeres rosarinas y hasta quizás levantarte alguna.

Los otros, estamos mirando el almanaque día tras días, haciendoles tachaduras con la mente y alentandonos cada mañana al despertar con la cuenta regresiva de los días que faltan para nuestras vacaciones.

Enero en Rosario, y si podés tomate una cerveza al lado del Paraná.

Eso sí, ni se te ocurra olvidarte del Off!