-Estoy aburrido!!! , decía mi hijo tirado bajo la mesa, el lugar que elige cuando trata de ganar intimidad.
-Estoy aburrido!!!, insistía, mientras yo seguía leyendo el suplemento del diario del domingo.
-Quiero ir a la plaza!!!
-Quiero meterme a la pileta!!!
Yo lo escuchaba a lo lejos, bajito, en segundo plano auditivo. Las letras me ponían distancia a sus lúdicos reclamos.
Tras la ventana, la lluvia seguía cayendo sin parar sobre Barrio Belgrano.
¡SE VIENE EL FIN DEL MUNDO!!
Hace 15 años.
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