domingo, 14 de octubre de 2007

BANDERA DE MI PATRIA


-¿Cómo la va a sacar de ahí, sino se puede ni asomar la nariz? - preguntó el sueco.
-No sé, pero no podemos dejar la bandera tirada así.
-Me asombra su patriotismo.
-Más que patriotismo es amor a los colores que me pertenecen.
-Me gustaría conocer su país.
-Le va a gustar, estoy seguro.
-¿Es cierto que los argentinos son demasiado egocéntricos?
-¿Quién le dijo eso?
-Lo leí por ahí.
-Deje de hablar pavadas y páseme ese palo que está al lado suyo.

Nunca alcanzó a usarlo. Una explosión hizo volar una pila de cajas que estaba cerca. Una lluvia de maderas y metal terminó por sepultarlos aambos.
Se despertó con la cabeza sucia y a punto de estallarle de dolor. Le pareció que estaba entero y se levantó insultando en castellano.
Corrió unas tablas y se encontró con el sueco que sangraba por la nuca. Se arrimó un poco y notó que aún respiraba.
Pensó que era una buena oportunidad para perderlo por un tiempo. Ya no soportaba más su inmunda costumbre de soplarse la nariz con las manos, y la sospecha de que fuese un agente infiltrado no le permitía actuar con naturalidad.
Levantó el bolso,juntó todo lo que más pudo y comenzó a correr sin darse vuelta. A medida que iba alejándose se reprochaba no haber recojido la bandera, que ahora quedaba como trofeo para los otros.
Los pibes dela peña Argentina 86 no le habían perdonado queles haya descolgado el trapo del quincho, el día del asado dedespedida.
¿Cómo iba a hacer para decirles ahora que la había perdido por cagón?

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