domingo, 14 de octubre de 2007

HOJA DE RUTA


La mañana era soleada pero fresca. Julio le había parecido un buen mes para ponerse en movimiento. Hacía rato que tenía todo listo y estaba buscando una excusa para dar el puntapié inicial. Las vacaciones deinvierno le parecieron un buen motivo.
El vagón se iba llenando de a poco con viejas gordas, racimos de chicos y montañas de bolsos. Levantó el vidrio y se asomó por la ventanilla, aspiró profundamente y el aire frío ayudó a despabilarlo.
Allí estaba él, sentado en esos asientos marrones que el boleto se encargaba de denominar Clase Turista. -Pobres turistas, pensó, y meditó acerca de la imagen que podían llevarse de su país aquellos extrtanjeros que se aventurasen a viajar en esos vagones por más de dos días.
El tren lo llevaría hasta Salta, y de allí tomaría otro cuyo destino era Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Después de alli, lo que salga. El raid no tenía límite de tiempo, ni de horarios, ni de nada. Y eso era lo único que respetaría.

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