lunes, 30 de julio de 2007

IMPREVISTOS II

Entró corriendo, agitado.
La cena, que estaba servida en la mesa aún humeaba.
Guardó el papel con la dirección en un bolsillo y se tiró sobre la única silla que quedaba en pié.
El desorden y los muebles rotos llenaban el lugar.
La patota, implacable, asesina, le había arrebatado otro compañero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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